arte

viernes, 25 de mayo de 2012

Bethoven intervino a la crecion del CDRom

El 26 de marzo de 1827 moría Ludwig van Beethoven, uno de los mayores genios de la música clásica. Influyó de forma decisiva en la música, se le considera el padre del sinfonismo, y paso a la historia tras marcar el paso del clasicismo al romanticismo.
Pero su influencia en la música no se detuvo tras su muerte. Casi 150 años después del estreno de su obra cumbre, la novena sinfonía, esta influiría directamente en la creación del CDRom.
El 8 de marzo de 1979 se presentaba en Eindhoven las especificaciones técnicas preliminares de lo que iba a ser el CD Audio. De todas estas especificaciones destacaban dos, su diámetro 115 mm y el tiempo de reproducción, 60 minutos. Hay varias historias y leyendas que intentan explicar la evolución de estas especificaciones hasta las características de lo que hoy conocemos como el CDRom.
Esos 115 mm coinciden exactamente con la diagonal de un casete tradicional de música que en aquella época hacía furor y eran los almacenistas o los minoristas los que presionaron para que no se superara ese diámetro de tal forma que no se vieran obligados a modificar sus estanterías. En aquella época, prácticamente el 99% de las producciones musicales que se sacaban al mercado y que estaban disponibles en catalogo no duraban más de 60 minutos, con lo que se entendió que esas eran las medidas adecuadas sobre las que se debería estandarizar la producción mundial de CdRom.
Cuenta una leyenda, que fue la esposa de Akio Morita, fundador de Sony, la que le insistió para que pidiera consejo a su íntimo amigo Herbert Von Karajan sobre la duración media de la música clásica y si esta cabría en esos 60 minutos de tiempo de reproducción que pretendían ser el standard mundial. Von Barajan le confirmó que efectivamente el 95% de la música clásica si que cabría en esa duración pero le advirtió que la que el consideraba como la obra suprema de la música clásica, la Novena Sinfonia de Beethoven, no cabía en esos 60 minutos y sería un error imperdonable tener que partir en dos semejante obra maestra.
La duración de la Novena Sinfonía de Beethoven variaba en función de que interpretación se tomaba como la correcta. La interpretación realzada por la Orquesta Filarmónica de Berlin, dirigida por Von Karajan duraba 66 minutos.
Se investigó que otras interpretaciones había grabadas de esta sinfonía y se descubrió que la más larga era la grabada durante el Festival de Bayreuth, dirigida por Wilhelm Furtwängler y que duraba exactamente 74 minutos y 33 segundos. En junio de 1980 salió a la luz el “Libro Rojo”, donde se recogían las especificaciones técnicas definitivas para el CD Audio, el diámetro se aumentaba hasta los 120 mm y el tiempo de reproducción se ampliaba hasta los 74 minutos y 33 segundos, que son las características que se marcaron como standard mundial y que no se han vuelto a variar.
Ludwig van Beethoven escribió la Novena Sinfonía completamente sordo. Se estrenó en Viena, el 7 de mayo de 1824 y marcó un antes y un después en la historia de la música clásica. Una revolución que llegó hasta nuestros días…


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